miércoles, 15 de septiembre de 2010

[Cuento]




Oh Lupe, conóceme

Iba caminando una noche por el parque Hidalgo (supongo que caminando porque no creo haber podido volar con todo el alcohol que me traía encima) totalmente ebrio, sin dinero y con ganas de llegar a la cama en un instante. Mis pasos eran torpes y mis ojos no se quedaban fijos en el camino. Paso a paso, ahí trastabillando hasta con una hormiga.
-¡Puta, quítate!
Y me le quedaba viendo, como movía ese culito redondo y rojo hasta perderse en una ranura de la acera. Levantaba la mirada y trataba de recordar por dónde es el camino. Empecé a buscar algo en mis bolsillos.
-Verga, ¿dónde está?
Por un momento olvidé que busca, me revise todo lugar posible dónde guardar… ah, tenía el cigarro en la boca. Solo faltaba hallar un encendedor. Caminé hacia dónde una pareja platicaba bajo un árbol.
-Disculpen, ¿No tienen algo con que prender éste cigarrillo?
Creo que no soportaban a los fumadores pues tomaron sus cosas y empezaron a caminar rápidamente hasta que se perdieron en las sombras. Vi el árbol y tenía una forma peculiar, cómo de una mujer levantando los brazos. Me dejé caer en el pasto boca arriba.
-Te voy coger y vas a ser mi esposa, árbol. Tendremos arbolitos que se quedarán quietos toda su pinche vida y me dirán padre. Sí, te voy a coger rico, tan rico que mañana nos veremos aquí.
Me acerque a una de la raíces y le di un beso apasionado, con lengua y todo, ensalivaba su delgada corteza amarga hasta que se me secó la boca.
-Te amo, cásate conmigo. Anda, nos iremos a pasear a la Selva Lacandona o al Amazonas, será divertido, yo con mis pantaloncillos mientras caminamos tomados de la mano-rama.
Un tipo que pasó se me quedó viendo extrañamente.
-Es mi mujer cabrón, ¿te gusta, pendejo?
Y volvía a abrazar todo el cuerpo hermoso y duro de mi árbol. Pero primero debía darle un nombre. Mientras pensaba buscaba un encendedor en mis bolsillos. Encontré unos cerillos. Encendí mi cigarrillo todo arrugado. Exhalaba el humo.
-Lupe, sí te llamarás Lupe, y serás mi mujer, con quién cogeré ahorita. Porque eres mía porque nos casaremos y cantaremos: Oh Lupe, lalala, conóceme Lupe, lalala, amor veraniego, rosa prieta del itsmo, lalala…
Perdí el conocimiento. Me levanté porque empecé a sentir un ardor en la cara. Un rayo de sol se colaba entre las ramas y me daba justo en el rostro. Me senté recostándome en un árbol. Jodido dolor de cabeza. Necesito llegar a casa. Me levanté algo mareado. Había poca gente en las calles, si no mal recuerdo era un domingo, aunque yo solo quería llegar a mi cama. Tomé el boulevar principal y empecé a caminar con las manos en los bolsillos tratando de recordar lo que había pasado anoche.
-Oh Lupe, lalala, conóceme Lupe, lalala… ¿Por qué canto ésta canción? No recuerdo haberla escuchado nunca.
Solo seguí caminando hasta llegar a mi casa, feliz, con un buen sentimiento de haber encontrado algo o alguien que me hizo bien.









Cuento: Oh Lupe, conóceme.
Autor: Mosca
Dedicado: Una amiga que se ha vuelto mi árbol de parque.

8 comentarios:

  1. Un recorrido visual bien logrado de todo a todo, mi amigo.

    También andaré por estos rumbos.



    Saludos.

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  2. Otra vez el comentario del cuento de allá....

    Por lo demás :)


    Yo me habría cogido a la hormiga

    ( no importa grado de dificultad)
    ja



    Salud señor!!

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  3. Pues no se que seria mas dificil...

    cogerse una hormiga o al arbol con forma de mujer...

    otras opciones??


    a mi me gusto pues! ja, y mas por que imagine un arbol muy peculiar...


    Saludos buen hombre


    nos estamos leyendo...


    PD. Le amo en secreto n_n

    Little Rabbit**

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  4. Gracias cabrón, sabes que te quiero un chingo, yo no se de donde se te ocurren tantas mamadas, pero me alegra platicar contigo, cuando me haces sentir bien, no dejes de ser mi puta favorita.

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  5. Entiendo la metafora... ''árbol''.. para echar raices...muy bonito mosca''.

    besos

    ....

    lamento lo del antiguo blog'

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  6. eeeeeees lupe (8)

    aquì los arbolitos de los parques estàn màs bien descuidados ):

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  7. Mozka, disculpa por no ir el sabado a la plaza.
    pero ya te imaginaras como es mi vida de casado, todo es imprevisible en la casa. no pude llegar, pero estamos pendientes, nos vemos púes, saludos... Benjamin.

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