Terminal de autobuses para pervertidos
La puerta de la ciudad de las bestias sin dientes,
no pestañea con los encantos de sus musas arrolladas
por mis tonta manos, con las que te doy de desayunar
exasperaciones, por mi adicción a fotografiar esos cuerpos delicadamente puestos para que los ojos ajenos se viertan en la íntima sexualidad de la sangre.
La ciudad contaminada por los agobios del destino hacen que mi viaje sea lejano, a esos finitos pasajes callejeros donde las moscas revolotean mis ex amores, no pestañea con los encantos de sus musas arrolladas
por mis tonta manos, con las que te doy de desayunar
exasperaciones, por mi adicción a fotografiar esos cuerpos delicadamente puestos para que los ojos ajenos se viertan en la íntima sexualidad de la sangre.
putrefactos cantos de piel
solares estigmas de café
y besos que no le daré a una fotografía.
Autor: Mosca