Mostrando entradas con la etiqueta Gabriela.. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Gabriela.. Mostrar todas las entradas

martes, 2 de noviembre de 2010

[Cuento]


Volando al D.F.



Subí mi maleta y la de Carolina para que el de seguridad las revisara.Pasamos por el detector de metales y nos regresaron el equipaje. Nos formamos en la fila. Tomé su mano fuertemente.

-Rubén, ¿estas bien?
-No, ya empezó.
-Pero apenas estamos en la fila, ¿quieres algo?
-Regresarme.
-Sabes bien que ya no hay tiempo para irnos en automóvil.
-Pues no leeré.
-Ya te pagaron, así que cálmate, cielo.


Me sudaban las manos. Las piernas me empezaban a temblar. Se acercaba nuestro turno. Miraba por el gran ventanal que da a la pista, y a lo lejos distinguí un avión. Mascullé. Carolina le dio nuestros boletos. El maletero tomó nuestras cosas para meterlas dónde quiera que metan las maletas. Era incapaz de ponerme a pensar en otra cosa que no fuese en el jodido terror de subir otra vez a un avión. Ella me veía y le daba risa mi estado. Yo la veía y quería estar inconsciente.

-Cada vez que pasa esto, te vuelves más miedoso.
-Mierda.
-Tranquilo. Vamos.


Me tomó del brazo para cruzar el pasillo que no lleva a la puerta del avión. Mis pasos eran torpes, las rodillas no se flexionaban correctamente. Ella buscó nuestros asientos. Carolina se sentó junto a la ventanilla y yo me quedé parado, viendo dónde estaban las salidas. Me jaló para sentarme. Sentí el sillón fresco por el sudor de mi espalda. Cerré los ojos. Puse los brazos sobre los reposabrazos aferrándolos fuertemente.

-Tranquilo. Cuando estemos en el aire te tranquilizarás.
-Odio esto, odio esto, odio esto, mierda.
-Ja- Me beso la mejilla.


Anunciaron que el avión despegaría. Me encerré en mi mundo, cerré los ojos y empecé a decir cosas murmurando. Carolina me abrochó el cinturón. El avión comenzó a moverse.

-Mierda de metal, putrefacta suciedad aérea de jodida.

Empecé a gritar y me sujete tan firmemente sobre el asiento. Sentía cómo todo dentro de mí, tripas, gases, sangre, se me subía por el esófago y volvía a bajar. Para éste momento ya casi todos me veían extrañados. Empezó a elevarse y la presión iba sumiéndome contra el asiento hasta casi pensar en que podría atravesarlo.

-Muere perra de metal. Suicídate puta endemoniada come mierda. Puta.
-No grites tanto, nos van a bajar con paracaidas- Dijo sarcasticamente mientras veía por la ventanilla.
-Mierda, mierda, mierda, mierda, todos coman mierda- Me volteó a ver la aeromoza. -¡Tu también come mierda!


No tardó y se nos acercó. Yo ya no decía nada. El avión se había estabilizado.

-Disculpe señora. ¿Le sucede algo a su acompañante?
-Es Rubén Medina.
-Oh, disculpe, no lo reconocí señor, yo he leído su libro de "Sin faldas seriamos mejores", me fascinó.
-Jodete- Dije sin moverme.
-Discúlpelo, tiene terror a volar. ¿Me podrías traer dos vodkas por favor?


Bebí un vaso. Dos. Tres. Carolina pidió el cuarto pero nos lo negaron porque ya íbamos a llegar al aeropuerto del D.F. Solté el vaso y sujeté otra vez del asiento. Hasta con las uñas.
Empezó a descender.

-Carajo de mi pija con alas, muérete, muérete, cara de pija metálica.
-Ay amor.
-Perra con motor. Jodete, tú y toda tú- Un tipo de a un lado me volteó a ver riéndose- ¡Metete el avión por el culo!


El avión se detuvo. Abrieron la puerta. Yo casi salí corriendo para ser el primero. Dejé a Carolina atrás. Toqué suelo y casi me inco para besarlo. Sentí cómo el aire volvía a mis pulmones.
Esperé hasta que ella bajara.

-Pareces niña, cielo.
-No importa. La próxima vez, viajaremos en automóvil, sea a dónde sea.
-Mañana viajaremos a Tijuana a otra presentación.
-¡Mierda!
-No te preocupes, compraré unas botellas de vino para que las tomes antes de subir.
-¿En serio?
-Sí. Claro.
-Carajo, te amo, deberíamos casarnos.
-Tenemos tres años casados.
-Oh. Eso estuvo bien.





Cuento: Volando al D.F.
Autor: Mosca
Para: Mi esposa.
Nota: Gracias por pasar.